LA LEY DEL DESPOJO

   
 Antes de los tristes acontecimientos de estos días, provocados por la represión policial de la metropolitana y la federal, me proponía escribir un texto sobre que significa ser crítico en el Kirchnerismo, con el Kirchnerismo y para el Kirchnerismo. Lo voy a dejar para otro momento, antes siento con urgencia la necesidad de escribir sobre los hechos del parque que como paradoja se llama Indoamericano, y desató las furias segregadoras, xenófobas y de clase latentes en nuestra sociedad.
Vienen a millones. Curiosamente vienen todos hacia aquí.

Macri y toda la plana mayor del Pro (Michetti, Rodríguez Larreta, Pinedo), volvieron a mostrar realmente lo que son, lo que están dispuestos a hacer en la ciudad, y lo que harían si fueran ungidos como gobernantes del poder ejecutivo nacional, en lo que puede resumirse en una fórmula matemática: la inacción política referidas a la ampliación de derechos y de protección de los expoliados y marginados, será inversamente proporcional a la represión desencadenada sobre estos sectores.
Es lo que pudimos ver durante estos días, y es lo que pudimos escuchar en sus conferencias de prensa. Nulo compromiso del Estado en materia de políticas sociales de manera que se puedan paliar los problemas básicos de una población, que, producto de la formación social capitalista es expropiada de las condiciones mínimas para reproducir su vida y, a la inversa, compromiso absoluto del Estado para castigar a los pobres, a los desposeídos, a los desarrapados. Su obsesión es mantener el control de lo que llaman “espacio público”, de las invasiones de estos “bárbaros” (a los que explotan en los talleres textiles en el que tercerizan la producción las grandes marcas, que relucen en las marquesinas de los Shoppings).
Cuando fracasaron con una represión que se cobró tres vidas, vinieron los justificativos “que las leyes inmigratorias son muy permisivas”, “que el gobierno de la ciudad no puede atender las necesidades de vivienda de toda América latina, que son narcotraficantes y vándalos” “que se está a tiempo de impedir la favelización” “que hay que radarizar el espacio aéreo” y un sinnúmeros de etc. que repudiamos y que tenemos que impedir que se repitan. Y luego de estas justificaciones, la acción de los “vecinos” contra “los okupas”, dicotomía reproducida hasta el hartazgo por los medios. Con sus dichos, el jefe de gobierno no hizo más que dar vía libre para el ataque, no ya de las fuerzas represivas convencionales, sino de los vecinos “que pagan sus impuestos” y “que como argentinos y trabajadores”, sintieron la necesidad de defender, junto al Pro un espacio público invadido por “extranjeros” que buscan “sacar una ventaja”, “realizar algún negocio inmobiliario”.
Toda esta situación producto además de organizaciones punteriles y mafiosas ligadas al Pro (uno de los matones que es filmado disparando con armas de fuego trabaja en el gobierno de la ciudad y su padre es masajista en Boca Juniors), seguramente azuzados y usados para sacar un rédito político, al intentar desgastar de este modo, a la presidenta CFK.
Horas después, y luego de una reunión entre funcionarios de la ciudad, y del poder ejecutivo, y ante la negativa del gobierno nacional de utilizar la federal para desalojar el parque, vuelven a salir y mostrar su propuesta política: hablan del “orden, la ley y la paz”, dicen que hay que “calmar los ánimos” para restaurar la “tranquilidad”.
Orden y paz: ¿de quién?, tranquilidad: ¿de quién y para quién? ¿Puede haber orden para quienes no pueden acceder a una vivienda digna? ¿Puede haber paz para quienes carecen de derechos básicos? ¿Pueden estar tranquilos quienes son castigados socialmente, bajo la trilogía de la pobreza, la represión y la discriminación también discursiva?
Macri y tantos como él quieren paz para disfrutar lo que consiguen y lo que expropian con sus múltiples formas de violencia. Su acción política dirigida a profundizar las desigualdades de las que se sirven, y en las que dominan. Hablan del derecho y la ley sobre el espacio público, pero violan todos los derechos sociales elementales. Y lo justifican predicando falsa y discriminatoriamente sobre “las hordas de inmigrantes”, como si éstas fueran responsables de las desigualdades, de las que son víctimas. No es de extrañar, Bush pensó y comenzó a construir un muro para los inmigrantes latinos, Zarkozi expulsa a los gitanos y reprime a los jóvenes franceses marginales descendientes de musulmanes, Zapatero encarcela a perseguidos de África que golpean las puertas de sus viejos dominadores y exterminadores. Todos ellos también hablan de las bondades del libre mercado, y de los problemas de inseguridad provocados por los terroristas.
Coherencia ideológica entonces del macrismo bajo todas sus formas. Coherencia ideológica también en querer desgastar a un gobierno que ha expandido derechos sociales, y está intentando instaurar los derechos humanos y la no discriminación como valores supremos de la vida en sociedad. Lo que sucede es que estas ideas tocan aquellos intereses que se sirven de la desigualdad y la discriminación como mecanismos de reproducción de los privilegios. Contra estas ideas y su implementación práctica es la guerra que desató el macrismo en nombre de la ley y de la paz….quiero decir de su ley y de su paz.  
LG 
 12 de diciembre de 2010

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