Esclavizadores son esclavizadores

CAMPO MI QUERIDO CAMPO por Irene Hansen

las penas son de nosotros
las vaquitas son ajenas...

  La socióloga Agustina de Salvo, especialista en trabajo estacionario de Santiago del Estero, expresó en 678  que hay un error de conceptualización al denominar al sujeto que "interviene" en las actividades productivas del campo como CAMPESINOS o ESCLAVOS. Desde su punto de vista se trata de TRABAJADORES u OBREROS RURALES  pues en sociedades capitalistas plenamente desarrolladas la ESCLAVITUD no tiene existencia, sí rige -como en este caso -la extrema EXPLOTACIÓN del capital sobre el trabajo. Lo que la académica no sabe observar es la coexistencia en un mismo modo de producción de distintas relaciones sociales, tal el caso de trabajo rural esclavo en plena expansión capitalista (como también subsiste trabajo infantil y trabajo sexual esclavo).

   Estos hombres no son trabajadores libres (vendedores de la fuerza de trabajo propia y por lo tanto vendedores de trabajo) pues están incluidos directamente entre los medios de producción. Son un objeto más en la cadena productiva -uno que aún no han logrado suplantar mecánicamente, uno muy particular pues da la casualidad que come, duerme y hay que trasportarlo, falsificar autorizaciones y montar una pequeña y barata empresa para contar con ellos y hacer pasar ésto como una relación de trabajo libre- son OBJETOS de explotación pero no son SUJETOS, porque no son sujetos de derecho ni están protegidos gremialmente hasta ahora, con la intervención del Estado en la relación CAPITAL-TRABAJO. De hecho quién comanda el gremio que debería velar por sus intereses, la Unión Argentina de trabajadores rurales y estibadores- UATRE, Gerónimo Venegas, pertenece a la CGT Azul y Blanca representada por Luis Barrionuevo, brazo sindical del proyecto Duhaldista. Venegas, junto a Barrionuevo se han pronunciado a favor de la Mesa de enlace agropecuaria, y en las elecciones de 2009 han hecho campaña por la candidatura de Francisco de Narvaéz en la provincia de Buenos Aires.
  
   CFK señaló en el lanzamiento de nuevas líneas crediticias para los productores agropecuarios  que las condiciones del SXVII de trabajadores del sector rural implica la necesidad de ser abordadas por el Estado, las cámaras patronales, dirigentes empresariales y los sectores sindicales. “Esto es una defensa del país”. Esto es un proyecto nacional.  Agregó que ni buscándolo con lupa se encontrarán esas condiciones en el sector de los camioneros “¿Por qué? Porque hay una dirigencia sindical que representa los intereses del sector y también los defiende”.

   Dar la batalla cultural, la pelea cultural. “Un pueblo movilizado, un pueblo concientizado, esa es la batalla cultural” ha expresado el titular de la Cámpora El cuervo Laroque (en Página 12).  Dar esta contienda ideológica, coincido con Hugo Presman, no se gana si se utiliza el lenguaje del enemigo porque el lenguaje es la primera forma de dependencia. “No podemos adoptar el lenguaje de aquellos que nos empiezan ganando a partir del lenguaje” (en 678). Así es preciso enunciar el conflicto del gobierno con las PATRONALES DE LA AGROINDUSTRIA mejor que el non santo “conflicto del campo” que ex profeso diluye los verdaderos intereses en juego, haciendo pasar el interés de un sector como el interés general.

     Hablar una lengua es asumir un mundo, una cultura. Cornelio Castoriadis señala que en toda cultura existe un nivel funcional y un nivel imaginario. La imaginación social es un factor fundamental de los CAMBIOS HISTORICOS. Dar la batalla cultural en defensa del proyecto nacional implica oponerse a la dominación cultural neoliberal que penetra la subjetividad y nos domina imponiéndonos modelos y categorías económicas, patrones de comportamiento y colonizando nuestro pensamiento. Implica un profundo y sustancial RE-nombrar los objetos, las relaciones sociales, a nosotros mismos, lo dijo Cristina maravillosamente en el Acto por el día de la Soberanía Nacional: "será necesario despojar nuestras cabezas de las cadenas culturales que durante tanto tiempo nos han metido. Son más fuertes, más invisibles, más dañinas, más profundas que los cañonazos. Porque muchas veces nos hacen ver las cosas no con el cristal de la patria, sino con el cristal de los intereses de otros".

   La pelea cultural se da cotidianamente para construir un proyecto en el que poder devenir SUJETOS, en el que habitarlo signifique hablarNos y no ser hablados por otro.   La batalla cultural se despliega en acciones y en el profundo y subversivo acto del lenguaje. Nombrar es hacer. Esclavos son esclavos. Esclavizadores son Esclavizadores. Explotadores son explotadores.

1 comentario:

  1. A luchar con el lenguaje y el cuerpo, con todas las armas que tenemos, este es el momento.

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